Publicado originalmente en Revista Así Soy Mujer, Mayo 2021
Nuestro bienestar físico y psicológico se ha visto afectado por la pandemia de COVID-19, hemos tenido que adaptarnos a un mundo donde las mascarillas y el distanciamiento físico se ha vuelto una norma. Ya estamos viendo los efectos que ha tenido en nuestra salud mental de niños, jóvenes y adultos.
Cuando por primera vez nos indicaron las medidas de restricciones, fue un shock inicial pero también hubo un período de adaptación. El ser humano tiene la capacidad de afrontar situaciones difíciles; es a lo que llamamos resiliencia. Si revisamos nuestra propia historia, podemos ver momentos en la que nos hemos sentido desorientados y nos ha tomado un tiempo volver a encontrar nuestra base segura.
En el mes de marzo se cumplió un año desde los primeros casos de covid-19 en nuestro país y el inicio de las restricciones de movilidad. Luego de un año nuestro mundo ha dado un giro inesperado.
¿Pero cómo esto afecta nuestra salud mental?
Muchas personas antes de la pandemia, tenían sus estrategias para mantener una buena salud mental y lidiar con el estrés o ansiedad como por ejemplo: ir a dar un paseo a un lugar agradable, viajar al interior del país, reunirse con sus amigos, entre algunos ejemplos. El distanciamiento social nos ha hecho perder un poco de esas habilidades sociales que estábamos acostumbrados. Quizás ahora con el levantamiento gradual de las restricciones, te has sentido un poco extraña, un poco insegura de cómo navegar el aspecto social. O también puede ser que te empieces a sentir nerviosa de salir y te preocupa que podría pasar.
Todas estos sentimientos y emociones son válidas, lo importante es reconocerlas y poder avanzar a pesar del miedo. Recientemente, una colega psicóloga expresó una frase que me he llevado desde entonces: «Hazlo con miedo, pero hazlo».
Y me pregunto, cómo saber si este miedo que siento es debilitante y llega a ser paralizante en situaciones donde debería poder avanzar. Te explico algunas señales de que necesitamos prestarle atención mayor atención a nuestra salud mental y buscar ayuda profesional.
Estado de tristeza, irritabilidad o ira prolongado
Sentimientos de tristeza que duran la mayor parte del día, cambios de humor repentinos, sientes que tienes poca o casi no tienes paciencia con los demás y/o contigo misma. Francamente hemos tenido estos días, pero cuando se vuelve un patrón que ha estado durando como mínimo dos semanas de manera continua. Nuestro cuerpo y mente nos puede estar diciendo que debemos prestarle atención a nuestro estado emocional.
A lo mejor estos estados están acompañados por cansancio o no tener energía para hacer las actividades diarias. Si te está costando pararte en las mañanas o irte a dormir, es probable que tus patrones de sueño se vean afectados. Si a pesar de todo logras mejorar esto, y aún te sientes mal, es importante visitar a nuestro médico.
Incremento en el uso de alcohol, uso de drogas o comer excesivamente
En ocasiones el consumo de alcohol nos hace olvidar de los momentos difíciles, sin embargo esto es una solución temporal y los sentimientos vuelven a surgir, porque solamente se anestesiaron por un tiempo. A lo largo del tiempo, podemos empezar a usar esta estrategia que no es saludable, para lidiar con situaciones difíciles. También nos pone en riesgo de volverse una condición que puede llevar a una adicción. El uso de drogas así como el comer excesivamente también son maneras en las que podemos afrontar, pero con consecuencias negativas.
No realizar actividades que antes disfrutabas
Me refiero a una actividad que antes te apasionaba y que sientes que no te llena, de repente sientes que ya nada te hace feliz o no puedes disfrutar de una actividad placentera para tí. Hay como una sensación de que lo que sucede a tu alrededor, por bueno que sea no te hace sentir contenta o feliz.
Pensamientos de muerte
Si empiezas a tener pensamientos de querer morir o deseos de querer hacer algo para acabar con tu vida, es vital que busques ayuda profesional de inmediato. Recuerda que no estás solo.
Recuerda que buscar ayuda no significa ser débil, al contrario, significa que eres capaz de reconocer que no la estás pasando bien y que estás dispuesta de hacer algo al respecto. ¡Tú te mereces tener una vida plena!
Puedes hacer una lista de psicólogos, averiguar sobre sus servicios y hacer una cita para poder explorar estos temas. Es importante que te sientas en confianza y puedas expresar cómo te sientes en un ambiente seguro.
En Panamá hay líneas de ayuda psicológica como Te Escucho Panamá, puedes llamar al 831-7600 (Lunes a Domingo de 4pm a 10pm) o visitar https://www.teescuchopanama.org/ y desde allí puedes conectarte con un voluntario que estará dispuesto a escucharte.
En el caso de que sientas que quieres hacerte daño, debes dirigirte a un cuarto de urgencias de tu centro de salud o hospital más cercano.