Publicado originalmente Revista Así Soy Mujer, 10 Septiembre 2020
Durante esta pandemia, nuestra capacidad de resiliencia [es decir la capacidad para afrontar adversidades] se ha puesto a prueba. Y no es ningún secreto que muchos hemos tenido que lidiar con nuestras intensas emociones. De hecho, puedes presentar dificultades con tu salud mental sin darte cuenta.
El 10 de septiembre de cada año se conmemora el Día Mundial para la Prevención del suicidio. Y qué mejor momento para poder hablar de la importancia de cuidar nuestra salud mental, que en estos tiempos que nos han traído momentos de incertidumbre.
Hace poco estuve dictando una charla sobre salud mental a personal médico y me quedé pensando en cómo enfocar el tema, y me pareció lo mejor era brindarles herramientas que pudiesen poner en práctica en su diario vivir. A veces un simple recordatorio de poder enfocar tu respiración o visualizar lo que está a tu alrededor, nos ayuda a centrarnos y poder seguir adelante. Ese momento, en el aquí y en el ahora, donde las preocupaciones y temores no interrumpen nuestra mente, puede hacer una gran diferencia.
¿Qué significa salud mental?
La salud mental se refiere al bienestar emocional, psicológico y social – afecta cómo pensamos, cómo nos sentimos y cómo actuamos. Influye en cómo manejamos el estrés, cómo nos relacionamos con las personas y nuestra toma de decisiones.
¿Por qué es importante cuidar de nuestra salud mental?
Porqué así como cuidamos de nuestra salud física, haciendo un chequeo de cómo estamos físicamente, al tener una idea de cuando algunos patrones no son saludables y otros sí, podemos saber cuando necesitamos pedir ayuda o apoyar a nuestros seres queridos.
Imagina que los pensamientos son como pequeñas gotas que van cayendo en tu vaso emocional (tu mente), el cual va llenándose y se va acabando el espacio para poder encontrar posibles soluciones. A veces debemos contar con suficiente información para poder tomar una decisión, y es bueno esperar y no reaccionar automáticamente.
Hay preocupaciones que son muy válidas, especialmente en estos tiempos como por ejemplo: no tengo suficiente dinero, perdí mi puesto de trabajo, estoy teniendo dificultades con mi pareja, por poner algún ejemplo.
Los efectos de esta pandemia y aislamiento que podremos a consecuencia serán trastornos de depresión, ansiedad, fobias, consumo de alcohol y drogas, entre algunos. Es por esto que necesitamos prestarle atención si notamos que alguien cercano a nosotros, actúa o manifiesta alguna conducta diferente a lo que habitualmente notamos.
Te señalo algunas de las señales que debes tener en cuenta y nos indican que estamos teniendo dificultad con nuestra salud mental:
Síntomas recurrentes como la tristeza, miedo o sentir ansiedad, que se quedan con nosotros la mayor parte del día o llevan días, semanas. Las emociones fluctúan y está bien sentirse triste por momentos, pero si hay cambios repentinos en nuestro ánimo, debemos prestar atención a los mismos.
Síntomas físicos como dolores, cambios en cómo estamos durmiendo (ej. insomnio, despertarse con frecuencia, sentirse agotado)
Dificultad en la concentración, problemas con la memoria.
Irritabilidad, bajo rendimiento en nuestras tareas cotidianas o nuestro trabajo. El uso incrementado de alcohol o drogas.
Estas son algunas de las recomendaciones que debemos tomar en cuenta:
No juzgar cómo nos estamos sintiendo, procurar hablarnos amablemente. La autocompasión no es sentir lástima, es poder reconocer que somos vulnerables y que no tiene nada de malo.
Pon atención a tu respiración, trata ejercicios de respiración: Inhala profundamente y exhala lentamente. Enfocate en cómo el aire entra y sale, concéntrate en ese momento.
Si te sientes abrumada, toma 1 minuto para nombrar los objetos que veas a tu alrededor. O describe en tu mente los pasos para hacer una actividad que te guste. Lo importante de estos ejercicios es que mantengan tu enfoque en el aquí y ahora.
Si tienes preocupaciones que rondan en tu cabeza, trata de mirarlo desde una perspectiva desde afuera. Que le dirías a alguien que está pasando por esa situación. En ocasiones tendemos a ser más objetivos, si lo vemos desde un cristal diferente.
Comparte con alguien de confianza, de repente solo necesitas es desahogarte. Muchas personas piensan que hay que «solucionar el problema» cuando en realidad lo que necesitan es poder expresar cómo se sienten. También puedes escribir cómo te sientes, usar un diario para poder escribir aquello que sientes.
Trata de mantener una rutina dentro de lo posible, saber que esperar nos ayuda a organizar nuestra mente y poder trabajar con mayor eficacia.
Préstale atención a tus patrones de sueños, de alimentación y de actividad. Si sientes que estás durmiendo mucho o más de lo usual, te sientes más exhausta que de costumbre. Estas son señales que nuestro cuerpo nos envía de que debemos cuidarnos.
Practica el auto cuidado, diles no a aquellas cosas que es probable que no puedas cumplir. Tú puedes poner límites personales y así los demás aprenderán a conocerlos también.
Conecta con tus seres queridos, aunque mantengamos la distancia física, nutre esa amistad y toca base con esa persona que hace rato que no hablas. A veces solo un simple gesto como «Estuve pensando en ti» es alimento para el alma.
Busca ayuda profesional si sientes que no estás pudiendo regular tus emociones o empiezas a sentir desesperanza, o tienes pensamientos de muerte. El pedir ayuda no es de débiles, demuestra una gran fortaleza.
Por Rodsella Aragundi, Psicóloga y Psicoterapeuta